ingresó a la Compañía en 1910. Se distinguió siempre como efectivo servidor de la causa bomberil hasta el día de su trágico fallecimiento ocurrido el 2 de junio de 1935. Ese día había acudido al llamado de la sirena que anunciaba la declaración de un incendio. Sofocado éste, al regresar el carro bomba a su cuartel, una mala maniobra del conductor del vehículo trajo como consecuencia el volcamiento con la tragedia ya señalada. Al conocerse la noticia del accidente en Iquique, la ciudad entera se conmovió expresando su reconocimiento en los honores que se le rindieron al despedirlo en el Cementerio General.
